domingo, 10 de agosto de 2008

¡De vuelta al colegio!

¡Hola juventud! Qué alegría que hoy nos vamos a encontrar, después de dos semanas de magníficas vacaciones para algunos, estoy seguro; para otros, han sido de sacrificio, ya que han tenido que trabajar para ayudar con algo en casa. La situación económica está difícil para nosotros. Todos los días lo comprobamos; sin embargo persistimos en lo que nos guata y apasiona: la maravillosa práctica de la lectura. Hay comentarios que demuestran que algunos de nuestros navegantes están sufriendo de amor, otros añoran su niñez, y, también, existen aquellos que han entendido que la vida es una sola y que hay que saber vivirla, porque las oportunidades ya no rgresan, sino recuerden a Gustavo Adolfo Bécquer:

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar;
pero aquellas que aprendieron nuestros nombres,
¡ésas no volverán!

Entonces, seguimos navegando con nuestra entrañable nave lectora, que cada día está avizorando la formación de nuevos lectores y la consolidación de aquellos que se han embarcado en el dulce existir junto a los libros y el mundo a sus pies. ¡Vamos bien!

Qué ha escrito el Soldado en su locura:

Soy como el viento que acaricia los árboles,
como el sol que abriga a las olas del mar,
la luna, que abraza a la esperanza,
las estrellas, vigilan el cielo.

Los árboles sostienen las hojas del libro,
el trigo, las espigas del triunfo,
la lechuga, el verdor de la vida,
naturaleza viva, eterna por acabar.

SOS:Las laboriosas abejas, no vuelan,
mudos quedaron los pájaros,
los gallinazos, todavía, bailan alrededor,
el hombre, pobre hombre, destruyó el mundo,
murió por sus propias manos.

El Soldado de la lectura. ¡Y no va ser!