lunes, 3 de noviembre de 2008

César Vallejo en cuatro voces cubanas

En ocasión del 65 aniversario de la muerte del poeta peruano César Vallejo, la Casa de las Américas reeditó por cuarta vez el libro César Vallejo. Obra poética completa, por la Colección Literatura Latinoamericana en un nueva imagen, con prólogo de Roberto Fernández Retamar y diseñada por Pepe Menéndez.

Convocados por la poesía vallejeana y también por los recuerdos más recónditos e inéditos para muchos, se encontraron en la sala Manuel Galich los escritores Roberto Fernández Retamar, Víctor Casaus, Guillermo Rodríguez Rivera y el cantautor Silvio Rodríguez, para dialogar sobre la influencia, lecturas y acercamientos diversos de la obra de Vallejo.

Retamar, quien inició esta presentación a cuatro voces, recordó que había leído por primera vez la poesía de Vallejo en una edición argentina de los años 40 realizada por Javier Abril. No dejó de mencionar tampoco la excelente edición prologada por uno de los investigadores más acuciosos de la obra vallejeana, el ensayista Raúl Hernández Novás. Sorprendió a Retamar durante sus lecturas, la distancia entre la lírica del poeta peruano y su militancia política que no marcaba la palabra de panfletismo.

Víctor Casaus, desde una mirada más testimonial y vivencial, recorrió los sesenta cuando un grupo de amigos, Rodríguez Rivera y Silvio entre otros, comenzaron a leer a Vallejo y prometieron ir a su tumba en París. Silvio fue el primero de ellos en cumplir la promesa y dejar sobre la lápida un mensaje de todos. Casaus, quien terminó leyendo un poema de Luis Rogelio Nogueras (Wichy), añadió “Creo que su presencia en mi generación no es una presencia castradora, sino inmanente, que está en el espíritu de toda mi generación.”

“Vallejo logra conciliar dos facetas irreconciliables: la coloquialidad y la trascendencia en su obra”, según comentó Rodríguez Rivera. La posibilidad que la Casa ofrecía abriéndose a la literatura continental, fue de vital importancia en los años sesentas, y es también lo que permitió acceder a la obra de César Vallejo.

Para Silvio Rodríguez, también poeta de la generación de Casaus y Rivera, Vallejo llega a él de la mano de una muchacha que reescribía poemas de César Vallejo en una pequeña antología editada por Gustavo Valcárcel; “Con tinta de un bolígrafo azul sobre las páginas blancas de un libro”. Rodríguez, que confesó además haberse acercado primero a la literatura que a la música, se convirtió en un apasionado de la poesía de Vallejo. Sin embargo, admite que sus primeras canciones le deben mucho más al bolero, que a la literatura que leía entonces. “Fue más tarde, casi sin darme cuenta, que algunas cosas de Vallejo comenzaron a aparecer. Uno siempre quiere parecerse a lo más hermoso que ha visto, por eso quise acercarme a él a través de mis canciones”.

Sobre la impronta política de César Vallejo, Silvio se refirió “El mensaje de Vallejo trasciende las ideas políticas y todo lo demás, porque es un mensaje visceralmente humano, y creo que eso es lo más útil”.

Enviado el Miércoles, 17 de Diciembre del 2003 (15:23:16)

Fuente: La Palabra y su huella.