jueves, 24 de abril de 2008

¡Hoy marchamos a Lurín!

¡¡Hola juventud!! Queda mucho por tratar sobre el habla popular, ya sea de jóvenes o adultos. Hemos recibido apreciaciones positivas, así como críticas al artículo, que hoy publicamos para el deleite de nuestros lectores. Dejando bien en claro que el motivo que nos ha llevado a publicar es investigar esta forma peculiar de comunicación entre grupos dedicados a diferentes actividades.
Nosotros también seguiremos en la brega, promoviendo el uso adecuado del castellano. ¡VAMOS BIEN!
A propósito del Día del Idioma:
El habla popular y la producción de nuevos términos

“La lengua escrita es la capa de hielo formada sobre el río;
el agua que continúa corriendo bajo el hielo que la oprime,
es la lengua popular y natural. El frío que produce el hielo y
que querría detener el río, es el esfuerzo de gramáticos y
pedagogos”.
Joseph Vendryes

En el marco del Día del Idioma, queremos tratar un tema que permanentemente sucede en nuestro entorno: Uso de términos ajenos a lo que estamos acostumbrados. Esta forma peculiar de comunicarse de grupos de personas es denominada, por algunos, como jerga o argot, otros lo tipifican como habla popular, en el sentido que los términos que utilizan no figuran en las normas oficiales sobre el uso “correcto” del idioma.

Al margen de cualquier debate, queremos señalar que el habla es un elemento vivo de la lengua, que sigue evolucionando y produciendo nuevos términos, que permite lograr que grupos de personas se comuniquen de acuerdo al medio en que interactúan; por eso que el lenguaje creado por el pueblo es tan válido como el académico, ya que cumple con el fin primordial de toda lengua, que es el de servir de código para comunicarse con sus semejantes.

Términos usuales en el habla juvenil
Un día, al salir del aula, escuché que alguien dijo a mis espaldas: ¡Profe, no te botes! Seguí caminando preocupado por saber qué me habría querido decir tan inquieta alumna. Luego me explicaron, que tal expresión significaba: Que no sea sobrado, que no sea orgulloso. Otro día, al viajar de Lima a Comas, iba a mi lado una pareja juvenil, llegando a Independencia se baja el muchacho y le dice a su pareja: ¡Oye, suelta una luca! Ella muy atenta abrió su monedero y le dio un nuevo sol. Huelgan comentarios.
Rompiendo esquemas, acordé con mis pupilos la elaboración de un listado de expresiones que utilizan los jóvenes, anotamos a continuación dichos términos:

¡Hazme la taba! (Acompáñame) Taba es zapato, y casi siempre se necesita dos zapatos para caminar.
¡A la firme! (De verdad) Sin dudas ni falsedades, con firmeza.
¡Qué palta! (Qué vergüenza) La palta es verde, rima el inicial ver-, así como al estar verde todavía no se puede comer.
¡Qué monse! (Aburrido) Viene de monje, místico, mientras que los jóvenes son divertidos, alegres y muy apegados a la conversación en el grupo de amigos.
¡Está positivo! (Está bueno) Complementa con un sinónimo relativo.
¡Qué onda! (Cómo estás) Estar en onda es estar a la moda, al día.
¡Habla, causa! (Hola, amigo) “Causa” es antiguo, más bien “habla” ha reemplazado a “hola”.
¡La batería del flow! (Toda la gente activada) Término propio del reggaetón, más conocido como “perreo”.
¡Puro floro! (Tratar de justificar algo) Viene de florear, adornar.
¡Qué tal tarro! Sin comentarios.

En este campo, hay mucho para investigar y explicar cómo una comunidad de hablantes crea términos propios para comunicarse. La grandes mayorías viajamos en buses y cuando nos disponemos para bajar en determinado paradero, escuchamos el famoso: ¡Pie derecho, pie derecho! Como autómatas bajamos rápidamente. ¡Nos vidrios!