lunes, 29 de septiembre de 2008

¿Sómos justos?

¡Hola juventud! Te contamos que tan peculiar título llamó nuestra atención y lo preparamos para leer con nuestros pupilos de 3ºC, porque estamos convencidos que hasta la muerte es dulce cuando uno lucha por los demás. La búsqueda de justicia es una constante preocupación de los seres humanos que ha sido plasmado en diferentes obras de la literatura universal; sobre todo en el clásico Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha de don Miguel de Cervantes Saavedra; QUE ESTÁ LLENO DE PASAJES DE JUSTICIA Y SU ANTÍPODA, LA INJUSTICIA. Por eso que te presentamos un texto para reflexionar si somos justos o injustos. Piensa, reflexiona y vive feliz con tus semejantes. ¡Vamos bien!

¿Somos justos?

La gran mayoría de hombres y mujeres, en épocas ordinarias, pasa la vida sin evaluar o criticar sus propias condiciones o las del mundo en que viven. Aceptan lo que trae cada día, sin esforzarse por pensar más allá de lo que les exige el presente inmediato. Casi solo por instinto de supervivencia, buscan la satisfacción de las necesidades del momento, sin demasiada previsión y sin considerar que, con esfuerzo, las condiciones enteras de sus vidas podrían ser cambiadas.

Un porcentaje menor de personas, dirigido por la ambición personal, hace el esfuerzo de pensamiento y voluntad necesario, y se coloca entre los miembros más afortunados de la comunidad, pero muy pocos entre estos se preocupan seriamente de asegurar para todos las ventajas que buscan para sí mismos.

Son solamente algunas personas, escasas y excepcionales, las que tienen esa clase de amor hacia toda la humanidad que les hace insoportable asistir pacientemente a las crueldades y el sufrimiento; aunque ello no tenga relación directa con sus propias vidas. Estoa pocos, llevados por el dolor que sienten, buscarán, primero en pensamiento y luego en la acción, una solución, algún nuevo sistema de la sociedad por el cual la vida puede llegar a ser más rica, más plena de alegría… y el sufrimiento actual disminuya.

Adaptado de Caminos de la libertad, Bertrand Russell.

El Soldado de la lectura.