sábado, 6 de septiembre de 2008

¡Se fue Mochín!

¡Hola juventud! Hoy en la madrugada apareció muerto nuestro fiel amigo Mochín. Ayer en la noche fue atropellado en la Av. Universitaria. Iba tras nuestros pasos, como siempre lo hacía, cuando fuimos a esperar a Iby, que regresaba de la Universidad. Mochín era noble, travieso, inquieto, bravo y excelente compañero de aventuras.

Siempre estuvo atento a nuestros actos. No hablaba, pero se hacía entender con gestos generosos, que nos enternecían y cada día lo queríamos más. Fue hijo de Mao, eterna sobreviviente de muchos accidentes. Ante la ausencia del guardián se encargaba de cuidar la casa. Nadie osaba ingresar porque Mochín estaba a la caza de sabandijas y alimañas.

Mochín tenía patas cortas, hocico alargado, cola cimbreante, ojos luminosos como el color ámbar del semáforo. Su cuerpo estaba cubierto de pelaje color caramelo pardusco y sus orejas caían como hojas de otoño. Tenía buen diente, comía de todo, pero lo que más le gustaba era pollo a la brasa sin mostaza, con un poquito de ketchup. Paraba jugando con Bonito, que siempre le buscaba para quitarle su comida. Ahora Mao y Bonito lamentan su partida. Se han declarado en huelga de hambre exigiendo sanción para el culpable de la muerte de nuestro querido Mochín.

Quien más ha sentido la desaparición de nuestro legendario Mochín es Ledita. El domingo le había bañadp con champú HyS, para que brille su pelaje y corra por la casa mostrando su hermosa silueta. Estamos seguro que si participaba en un casting ganaba de largo a sus congéneres, y hubiese superado a Lassie o Laika. Tanto nos habíamos acostumbrado a Mochín que le extrañamos mucho y valoramos más lo que dijo un filósofo alemán:

"Mientras más conozco a la gente -salvo algunas excepciones- más quiero a mi perro".

¡Hasta siempre mi querido Mochín!

El Soldado de la lectura.