Hoy fue la romería por el día del maestro, como dicen… “Día del maestro, día de combate”.
Llegamos y según lo que me dijeron mis papás había muy poca gente, reconocí a muchos profesores que conocí en mi niñez, ya mayores algunos con nuevas ideas, otros con diferencias sociales, o cambios de grupo.
La caminata se inició a eso de las 12 más o menos; el recorrido era de Plaza Francia al cementerio El ángel.
La verdad noté que ciertos compañeros se asombraron al verme, creo yo que es porque, ellos tienen hijos de mi edad, y que loco no una chica de 15 años que podría estar viendo tele o en la calle con sus amigos apoyando a sus padres.
Quiero ser profesora, así que esto me hizo feliz, lo que hace feliz a mi papá me hace feliz a mí…
A medio camino llegaron los policías, mi papá se asustó por mí, y le dijo a mi mamá que nos regresemos a la casa, yo le dije que no, porque yo estaba cuidándolo al igual que él a mí, entonces me dijo que si en algún momento tiraran bombas o esas cosas me fuera para el lado de las tiendas y no hacia el otro carril.
Sé que mi papá me quiere, demasiado según dice él, pero a veces no lo siento, porque no pasamos mucho tiempo juntos, trabaja a horrores, o busca trabajo, y no hay tiempo para mí.
Aparte que soy engreída, peor es que ¡soy la última poe, se entiende no!
Me enorgullece tener el papá que tengo… y no me arrepiento de seguir sus pasos, porque para mí, mi papá es el mejor…
Y como dice esa gloriosa frase…
¡Siempre de pie, y nunca de rodillas!
Leda Julián !
