sábado, 19 de julio de 2008

Investigando sobre comprensión lectora

¡Hola juventud! Cruda realidad: De cada diez alumnos, ocho no comprenden lo que leen. ¿Por qué? Existe múltiples factores al respecto. Tratemos de sintetizar:
1. Vivimos en una sociedad inculta, donde reina la huachafería, el chisme y la vulgaridad.
2. Los niños y niñas han sido "capturados" por la televisión, aparato que les brinda programas ajenos a la cultura.
3. Ausencia de ejemplos de lectores, por eso que se lee casi un libro al año por habitante, en comparación a los dieciocho libros de los cubanos.
4. Abandono de programas de fomento de la afición lectora: PROMOLIBRO, El mundo de la lectura, Un país que lee es un país que cambia, etc. ¿Dónde estarán?

También los maestros y maestras tenemos que reflexionar cómo eseñamos la comprensión lectora. Si bien es cierto que estamos en desventaja frente a la presencia nosciva de la TV, tenemos la obligación moral de lograr aprendizajes en un medio desfavorable para la práctica lectora por placer, y no por obligación; tal como está sucediendo con nuestro amigo Vertiz de 4º A. Apenas se enteró de la existencia de Me llaman Sara Tomate, adquirió el libro y lo leyó con mucho entusiasmo y alegría. Después nos contó lo fundamental del texto: La obsesión de un adolescente por besar a una chica y la decepción del mismo al lograr tan ansiada aventura.
Hoy nuestro amigo se encuentra gozando con Templado y, cuando termine conversaremos sobre lo leído y ya le tenemos guardado el libro para su próxima agradable aventura: Tres días para Mateo.
Comenté en casa de los avances de Vertiz y, actualmente, Zelda maravillosa se encuentra leyendo Me llaman Sara Tomate, y seguro que ya ha comentado a sus amigos y amigas, y seguirá formándose una cadena de lectores que debemos centralizar y organizar en un Club de jóvenes lectores, realizando actividades que permitan el noble gesto de leer por devoción y no por obligación. ¡Hay hermanos muchísimo que hacer por la lectura! ¡Hasta pronto!

Para pensar: El oro del jeque

Un jeque tiene que transportar 100 lingotes de oro de un kilo cada uno. Para ello, tiene 10 camellos y un vigilante por camello. Cada uno de estos camellos transporta 10 lingotes. Al final del viaje, le dicen al jeque que uno de los vigilantes le ha robado un gramo de oro por lingote de los diez lingotes que transportaba, pero no sabe de qué vigilante se trata.

¿Cómo puede adivinar el jeque quién le ha robado, sí sólo dispone de una balanza?

El soldado de la lectura.