martes, 3 de marzo de 2009

¡Paco Yunque vive!

¡Hola juventud! Hace poco el empresario Diego de la Torre publicó un artículo intitulado "Adiós Paco, bienvenida Magaly"; con el fin de contraponer la figura emblemática del niño sufrido y maltratado con la lozanía juvenil de la actriz de "La teta asustada", para lo cual esboza una falsa dicotomía entre un falso "pesimismo y tristeza existencial" (Paco Yunque) frente al "optimismo y alegría"(Magaly Solier) según sus propias palabras.

El primero en salir al frente con la tecla en ristre, el corazón caliente y el cerebro sereno, ha sido el maestro Julio Yovera, eterno difusor y defensor de la obra de César Vallejo, que demuestra a continuación con un artículo preciso y exacto para esta ocasión.¡Vamos bien!

Paco Yunque en tiempos del neoliberalismo

Por Julio Yovera.

Una columna del Diario El Comercio, del sábado 21 de febrero, firmada por un señor LaTorre, me motiva el siguiente comentario:

En 1928, el mismo año que Mariátegui forja su “creación heroica”, Vallejo viaja a la URSS y ve in situ lo que ocurre. Retorna entusiasmado por lo que ahí observa y decide renunciar al APRA, organización que ha formado Haya de la Torre, su amigo de años juveniles con quien, además de beber chicha de jora de Mansiche y de admirar y galantear a las musas de Huanchaco, ha compartido sueños.

Vallejo se adhiere al marxismo. Desde París envía una carta al Amauta José Carlos Mariátegui, solicitando su afiliación al Partido. Tiempo después, se afilia al Partido Comunista de España. Desde entonces no ha dejado de recibir palos de todos los sectores conservadores, que lo odian hasta la ira porque supo mantenerse firme como pocos.

Que conste que Vallejo no es un propagandista ni un panfletario. Vallejo es un poeta genial, que asombra a la humanidad globalizada y explotada, que lo reconoce como una de las voces más intensamente humana y solidaria.

Vallejo es una braza en la garganta de los sectores sociales responsables de la debacle económica, cultural y moral del país, y quienes han sido reconocidos recientemente por el autor de “La casa verde” de la manera siguiente: “En el Perú la élite es bastante inculta, mucho más que la de otros países latinoamericanos. Es una élite muy mal educada. Ha sido educada a ganar dinero, pero no se le ha enseñado a gozar de la cultura. Es una élite económica que no tiene ni la pasión, ni el gusto, ni el esnobismo de la cultura” ( ). Por eso, aspiran que un viento de amnesia borre la vida y obra de nuestro poeta universal. No se inmutan que los Paco Yunque pidan limosna en las esquinas de la urbe, pero se irritan que abran los ojos, levanten la cerviz y aspiren a una ciudadanía conciente con deberes y derechos.

Además, temen que Paco Yunque se convierta en el Servando Huanca, ese aguerrido líder de El Tungsteno, que sigue organizando a los trabajadores mineros, hoy duramente golpeados por el modelo. Verbi gracia, el caso de los mineros de Casapalca, cuyos patrones no hacen caso ni las resoluciones del Ministerio de Trabajo; persistiendo el trato inhumano que nuestro genial poeta denunció hace más de 70 años atrás.

Por cierto, queremos que todos los peruanos sean optimistas. Los que nos identificamos con Vallejo somos optimistas pero tenemos todo el derecho de desconfiar de los Grieve. Preguntémonos: ¿Quién les niega sus derechos a Paco Yunque? ¿Quién le contamina las tierras al papá de Paco Yunque? ¿Quién saquea su patrimonio? ¿Quién atropella a los hermanos de Paco Yunque y les impide que tengan agua potable, luz eléctrica, salud? ¿Quién ha contaminado el pueblo Choropampa, donde viven los parientes de Paco Yunque? ¿Qué porcentaje de ganancia por la extracción de oro en Yanacocha beneficia a Paco yunque y los suyos? ¡Ninguno!

Eso es lo que deberían tener en cuenta todos los que celebran la desaparición de Paco Yunque y generan una falsa contradicción con Magali Solier; a quien hemos escuchado extrañar la vida en el campo, tan igual como Paco, a pesar de recorrer las calles de Europa.

Y no pretendan vendernos la idea de que Paco Yunque es un resentido, será tímido pero no es egoísta como los Grieve. Estoy seguro que el triunfo de Magali Solier le alegra. Y, tengo la sospecha que no ocurre lo mismo con el señor Vargas Llosa, que a diferencia del antojado comentarista, no habrá dejado de advertir que en la dulce voz de la señorita Solier se advierte también la melancolía de Paco Yunque.

El Soldado de la lectura.