viernes, 31 de octubre de 2008

El Amauta Mariátegui y César Vallejo

¡Hola juventud! Como un digno ejemplo, a tener en cuenta en nuestra formación personal, es la crítica de nuestro Amauta, quien fue un autodidacta, es decir practicó la autoformación. Por eso que presentamos un fragmento que trata sobre el rol del escritor y la apreciación que tuvo de nuestro vate inmortal: César Vallejo. ¡Vamos bien!

Mariátegui habla también acerca del papel que debe desempeñar el escritor en la sociedad. Cree que el escritor no debe limitarse exclusivamente a la observación de lo que pasa a su alrededor. Al contrario, debe participar, según sus capacidades, en los movimientos sociales de su ambiente.

Para ilustrar las relaciones literarias con este ambiente, en cuanto al escenario peruano, Mariátegui se refiere a dos poetas, José María Eguren y César Vallejo, quienes representan, puede decirse, dos polos opuestos.

'Eguren representa en nuestra historia - escribe - la poesia pura'. Es un precursor del período cosmopolita; no comprende al pueblo, porque no lo conoce. Pero no sólo le son ajenos el indio y su historia; 'no comprende ni conoce tampoco la civilización capitalista, burguesa, occidental'. Por eso, puede encerrarse en su torre de marfil, totalmente aislado y divorciado de las corrientes sociales y políticas. En cambio, César Vallejo es para Mariátegui el poeta más peruano. Su arte se nutre del pueblo, de sus deseos y anhelos. 'En Vallejo se encuentra por primera vez en nuestra literatura sentimiento indígena ... lo fundamental, lo característico, en su arte es la nota india'. Vallejo no es egocéntrico como es el caso con otros tantos autores. Al contrario, toda su energía se proyecta hacia el indio, el obrero, la masa. 'Tiene en su poesía el pesimismo del indio, pesimismo lleno de ternura y caridad, no lo engendra un egocentrismo, un narcisismo'.

El Soldado de la lectura.