jueves, 30 de octubre de 2008

Juicio de Pablo Neruda sobre Vallejo

¡Hola juventud", tal como empezamos ayer, seguimos publicando apreciaciones y juicios valorativos sobre la vida y obra de nuestro vate universal. Hoy presentamos la crítica del nobel chileno Pablo Neruda. ¡Vamos bien!

CÉSAR VALLEJO:
El genio aún incomprendido

Magro, cetrino, sombrío, hierático, como un árbol deshojado: César Vallejo. Fue un genio. Bregó con la palabra hasta vencerla. Se peleó con el diccionario y salió victorioso. Vanidoso como todos los poetas, humano hasta los huesos húmeros.

Nació en Santiago de Chuco en 1892. Vivió incomprendido en Trujillo hasta 1918. Ese año empezó sus estudios en San Marcos y publicó su memorable Los heraldos negros. Dos años más tarde fue injustamente encarcelado, pero le sirvió para escribir en prosa la desgarradora Escalas melografiadas.

En 1922, con Trilce, Vallejo aún sin europas funda la vanguardia. Dice de este espléndido poemario, el periodista Víctor Hurtado Oviedo: "Trilce es como si dijésemos un atentado contra el idioma con el que compramos pan y hablamos del clima mientras esperamos el ómnibus": Acota un ejemplito:

"Grupo dicotiledón. Obertura
desde él preteles, propensiones de trinidad,
finales que comienzan, ohs de ayes
creyérase avaloriados de heterogeneidad.
¡Grupo de los dos cotiledones!".

Huye a Europa en 1923 y en 1927 conoció a Pablo Neruda bajo el cielo frío de París. Fueron amigos, camaradas, hermanos verdaderos. Viles soldados pequeños de dientes poderosos hicieron lo imposible para separarlos. Pero no han podido.

Acerca de la obra de los dos, Mario Benedetti dice: "En el caso de Neruda, lo más importante es el poema en sí; en el caso de Vallejo, suele caer lo que está antes (o detrás) del poema. En Vallejo hay un fondo de honestidad, de inocencia, de tristeza, de rebelión, de desgarramiento, de algo que podríamos llamar soledad fraternal... "

Vallejo hizo de la palabra maravillas incomprensibles. "Él es la etimología de la palabra de mañana y de la idea que aún no existe."

El Soldado de la lectura.