martes, 24 de febrero de 2009

Epístola a Rubi

Dilecta y apreciada alumna, cuánta alegría siento al leer tu misiva por casualiad. He dejado de escribir hace cerca de un mes. Estoy luchando contra unos demonios que representan las fuerzas del mal y no permiten que exprese mis ideas en nuestra abandonada Lecturaalda. Pero como no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, apareció tu generoso y maravilloso mensaje; que ha salvado al viejo Soldado de las voraces pirañas y malditas harpías; ha sido el numen juvenil que permite expresar el divino placer de seguir fomentando la afición lectora.

Distinguida Rubi, inolvidable alumna y eterna lectora, cuánto valoro tus tiernas y gratas expresiones que han hecho que otra vez mis dedos rocen con las teclas del ordenador. Cómo no sentirme feliz, contento, satisfecho, orgulloso, comprometido si recibo un mensaje de una tierna alumna que dice:

"Me da una alegria profunda de haber conocido una persona como usted, que me enseñó más que una simple clase de literatura o gramàtica; que me son muy necesarias, me enseñó un mensaje muy profundo,que logré descifrar.
Cada clase, o mejor dicho cada discurso en clase, que nos daba, era algo tan especial que yo anotaba, no en un cuaderno, ni en una hoja de papel, sino en mi mente y en mi corazòn, los cuales quedaràn grabados para siempre en mì. Le prometo que nunca me olvidarè de usted, siempre recordarè a mi profesor Juliàn, en otras palabras nunca olvidarè al ¨Soldado de la lectura¨¨.
No me extiendo más y me despido, no sin antes, felicitarlo por su cumpleaños, aunque no sè que dia fue, pero si sabía que era en febrero, usted me lo dijo una vez.
Desde aquí un fuerte abrazo y un saludo cordial para el Soldado, y a la vez hacerle recordar, que¨un año más para vivir, es un libro más para leer y descubrir¨

Su alumna, Rubi Llacsa.

Rubicita, proverbial amiga de los libros, mi eterno agradecimiento por seguir mejorando cada vez más. La forma como has escrito demuestra que sigues cualificando tu hábito lector. Que no retrocedes ante cualquier obstáculo. Estoy seguro que estás ayudando a tus padres y, a la vez, leyendo. ¡Qué felicidad! Eres un gran ejemplo para tu hermanito, que ya pronto será un gran Pionero de la lectura. También te prometo que seguiremos navegando en nuestra maravillosa Lecturaalda, que ya pronto tendrá nuevos tripulantes ansiosos de conocer y vivir en el maravilloso Mundo de la lectura.

No olvides: "SI LEES, ME INVITAS". ¡Hasta siempre dulce Rubi!

El Soldado de la lectura.