jueves, 16 de julio de 2009

Otra vez en la nave

¡Hola juventud! Os contamos que nos encontramos en vacaciones, después de las jornadas académicas agotadoras, pero asumidas con mucho cariño y entrega en bien de nuestros pupilos y amigos del Cuba y la UCV. Hoy les entregamos un artículo actualizado sobre el habla juvenil; ya que hemos tratado de debelar el misterio que tienen los adolescentes y jóvenes al comunicarse. ¡Ahí les va!

¡PROFE’ NO TE BOTES!... ¿QUÉÉÉ…?

Por Percy Julián Uribe

“La lengua escrita es la capa de hielo formada sobre el río; el agua que continúa corriendo bajo el hielo que la oprime, es la lengua popular y natural. El frío que produce el hielo y que querría detener el río, es el esfuerzo de gramáticos y pedagogos”.
Joseph Vendryes

En nuestro accionar docente escuchamos términos inusuales que utilizan para comunicarse los estudiantes y no entendemos qué es lo que quieren manifestar, o pensamos que lo hacen para llamar la atención. Reconocemos que la juventud no está contenta con el orden establecido; por eso que buscan diferenciarse de los demás hasta en el uso de términos o palabras al hablar.

Estos términos pueden ser estudiados científicamente; que no es la intención del presente artículo, sino el de resaltar el uso de expresiones creativas que facilitan el acto comunicativo “secreto” de los jóvenes. Estas expresiones son denominadas por algunos como jerga o argot, otros la denominan replana, nosotros consideramos que son términos de un grupo de hablantes juveniles que se identifican y comunican en forma diferente a sus mayores, por razones diversas, pero fundamentalmente por romper cánones establecidos, que es característica propia de la rebeldía juvenil.

Asumimos lo señalado por Pablo Neruda en sus memorias publicadas póstumamente (1974), con el título Confieso que he vivido, donde reconoce el valor de la palabra al expresar que “son las palabras las que cantan, las que suben y bajan…”; porque son con las palabras que los jóvenes crean expresiones ágiles, curiosas, algunas rimbombantes, otras secretas, en suma juegan con las benditas palabras o términos que le permiten comunicarse con sus compañeros y amigos de aventuras en el duro batallar de la vida.

Términos usuales en el habla juvenil

Un día, al salir del aula, escuché que alguien dijo a mis espaldas: ¡Profe, no te botes! Seguí caminando preocupado por saber qué me habría querido decir tan inquieta estudiante. Luego me explicaron, que tal expresión significaba: Que no sea sobrado, que no sea orgulloso.

Otra ocasión, al viajar de Lima a Comas, iba a mi lado una agraciada y amorosa pareja juvenil, llegando a Independencia se baja el extraño Romeo y le dice a su pareja: ¡Oye, suelta una luca! Ella muy atenta abrió su monedero y le dio un nuevo sol. ¡Huelgan comentarios!

Asimismo, con tanta violencia y crímenes por doquier que reina en Lima, han aparecido términos hasta hace poco desconocidos en los medios de comunicación, como fletero. Expresión que está relacionado con flete, costo, pago, venta, entrega; y que nos hace recordar al mundialmente conocido brichero del Cusco.

También señalamos algunos términos “fuertes” que reflejan la realidad juvenil en el ambiente universitario; que a veces llama la atención y nos lleva a confundirnos o sorprendernos cuando escuchamos que una chica le dice a otra dulcemente: ¡Hola desgraciada!; y se funden en un gran abrazo con una sonrisa cómplice y exagerada. Hasta que llega otra amiga y expresa con mucha solemnidad: ¡Hola malditas!

Finalizamos mencionando algunos términos breves que pululan por el Vallejito, el Hueco y el Campus de la UCV: ¡Hapla varón! Sí, con “p” y no “b”, que significa ¡Hola amigo!, ¡Hola hermano! También el famoso ¡Bad! (malo), con su diminutivo: /badcito/, que significa malito. ¡OKZ!, proviene de OK (muy bien, correcto) y señala el adverbio afirmativo sí; del mismo modo aplican la inversión silábica en términos como lleca (calle) o telo (hotel); por eso ten cuidado cuando te propongan ir al telo, amablemente dile pos (después). ¡Nos vidrios!