sábado, 6 de diciembre de 2008

Versos para el deleite y la reflexión

¡Hola juventud! Gracias al amigo Jacinto Yrala les presentamos un poema del joven poeta Diego Libertad, dedicado a los forjadores del progreso en condiciones muy difíciles. Poema al hermano obrero, que con sus manos y mente construye un nuevo amanecer. ¡Vamos bien!

Estimados compatriotas, compañeros, mujeres y hombres, jóvenes y ciudadanos de toda edad, pueblos del mundo, reciban un saludo fraterno y caluroso de parte de este soñador, quien, con la más firme convicción en busca de un Mañana distinto, de un Mañana para las mayorías, de un Mañana para los excluidos, de un Mañana para todos, levanto la voz, extiendo mi poesía, extiendo los brazos, haciendo el camino para que ese Mañana llegue.
A continuación les envío una muestra de mi antología poética llamada "La travesía de los desaparecidos", la que a su vez consta de mi primera trilogía "Salto al vacío", la que contiene los poemarios: "Pintar para la vida", "Taller de ensueños" y "El maíz es un cielo"; dicha antología también cuenta con mi último poemario "La odisea del viento", todos de prontísima publicación. Agradeciéndoles la atención prestada culmino esta pequeña presentación citando al magistral Blas de Otero:

…volví a recomenzar mi vida
por el poder de una palabra
escrita en silencio…Libertad.

Que vivan los obreros

A los mártires del porvenir.

Nos conmueve el espinazo del obrero,
su cal y su dolencia proletaria,
su mesa fraternal y su fatiga
¡Y el vigor que le hizo andar en las batallas!

¡Que vivan los obreros!

¡Los que vienen forjando las mañanas
a golpe de tambor y de martillo,
con los callos de sus manos taciturnas!

¡Proletario, nos conduele la tristeza de tu masa,
conduelen tus trastos insepultos,
conduélenos la antigua herida
que aún desangra nuestras mesas!

¡Que vivan los obreros!

¡Que vivan los hombres de incansable cargamento,
que con sus crónicos atavíos enlutados
vienen pintando el colorido porvenir!

¡Obrero, mantén despierta la fogata
pues no habrá reconciliación en los banquetes
mientras tus hijos abrigados con la bruma
endulcen el maíz con las espinas de tu muerte!

¡Que vivan los obreros!

¡Pues no hay nostalgia más hermosa,
ni flor más impecable,
acunada entre tus sueños,
meciéndose en tus brazos!

¡Benditos los hombres que han venido
con el futuro erguido en sus espaldas!

¡Que vivan los obreros!

Diego Flores Wong