martes, 9 de diciembre de 2008

¿Por qué no lee mi hijo?

¡Hola juventud! Hoy llegó una madre de familia al Colegio y a boca de jarro me preguntó: Profesor, ¿por qué no lee mi hijo? Rercordé que ya me habían hecho tan bendita pregunta y respondí de la misma manera.
- Disculpe señora, ¿usted lee?
Recibí un NO rotundo.
- Su esposo, ¿lee?
Tampoco, me dijo algo molesta.
Asumí una actitud comprensiva y la invité a la Biblioteca del Colegio. Observó los libros casi nuevos que están esperando a los usuarios. Nos sentamos en una mesa y le mostré lo que a continuación van a leer ustedes.

"Es casi un milagro un programa de televisión sobre libros, en la franja horaria de máxima audiencia, el viernes, a las nueve de la noche. Para los autores, ser convocados por Bernard Pivot ya era un gran honor en sí, poco importaba si su libro iba o no a salir bien parado, porque el señor Pívot no vendía sus comentarios. Espontáneo y cordial era un placer escucharlo. Lo llamaban el Rey Leer porque leer era su profesión; leía de diez a catorce horas diarias y por ello él siempre decía que era un ser privilegiado porque hacía algo que le apasionaba y se consideraba muy bien retribuido".

Incrédula la señora me dijo que era un invento, cómo va a existir una persona dedicada a la lectura durante diez a catorce horas. Y pensó que yo no quería responder a su pregunta. Entonces le mostré y leí el siguiente texto:

"Un grupo de escritores entre los más destacados de la literatura colombiana actual, se reúnen en la pasión de leer para hablarnos sobre su pensar y su sentir con respecto al escritor mismo, a la lectura y a la literatura.

Gran cantidad de los aspectos que a todos cuestionan e inquietan sobre estos temas son abordados en esta obra: el origen del ser escritor; el significado de la literatura; la motivación a la lectura y las “exigencias” de ésta; el oficio de lector, entre el deber y el goce; la relación literatura-realidad-imaginación; la existencia y valoración de una narrativa colombiana contemporánea, entre muchos otros.

El mérito de estas reflexiones lo expresa bien Augusto Escobar: “destacar la importancia y el alcance de la lectura y de la literatura propia y ajena en la vida personal de los individuos y de la colectividad es darle no sólo asidero a las búsquedas personales, si no también contribuir a la afirmación de una identidad cultural peculiar. Esas lecturas y literaturas serán fundacionales en la medida en que susciten el reencuentro con una tradición, abran nuevos espacios de reflexión de los propio y lo ajeno, subviertan lo establecido, hagan de la interlocución un ejercicio permanente y validen el principio de que la cultura, siendo privilegio contemplativo de todos, legitima las voces singulares".

La señora se despidió convencida que no quise responder su pregunta. Y tiene razón, porque una persona que no ama o se apasiona por la lectura jamás va a entender la pasión de leer, que se adquiere desde niño cuando tiene referentes o ejemplos a seguir. ¡Hasta pronto!

El Soldado de la lectura.