sábado, 15 de agosto de 2009

Fin de fiesta

¡Hola juventud! El 5 de agosto finalizó la 14º FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE LIMA, que se desarrolló en el Vértice del Museo de la Nación. Fueron 14 días de júbilo para los lectores y potenciales amantes del libro, como nuestro amigo Carlos Castillo, santiaguino de corazón y vallejiano de razón; quien gastó toda la "grati" de la UCV en la adquisición de excelentes libros sobre Vallejo y otros autores; pero sobre todo destaca la Antología de la Poesía Peruana, seleccionada y elaborada por los chilenos, que está bien, porque la cultura es universal; lo que está mal es que sean otros los que valoren lo nuestro y las esferas oficiales del país vivan en el limbo de la deuda, y nada hacen por promover nuestra cultura y, por ende la lectura.

Nosotros también hemos adquirido algunos libros, como los clásicos y elegantes sobre la poesía y narrativa completa de César Vallejo; textos editados por Petro Perú y seleccionados por Ricardo González Vigil. Asimismo, un hermoso libro llamado Intensidad y altura de César Vallejo editado por el Fondo Editorial de la PUCP; pero el que más me ha gustado es el tierno y noble Paco Yunque traducido al quechua, publicado por la editorial San Marcos y el clásico Paco Yunque en historietas, del genial Juan Acevedo, 11º edición publicado por Tarea.

Mención aparte, quiero agradecer alDr. Víctor Rojas y a mi hermana Sara, quienes tuvieron el gesto generoso y humano de obsequiarme dos libros brillantes: Encuentro por Vallejo, sobre el Coloquio Internacional en el Centenario De César Vallejo, publicado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; y César Vallejo: Itinerario del hombre 1892-1923 de Juan Espejo Asturrizaga, contemporáneo de nustro vate universal. Reitero mi eterno agradecimiento a Víctor y Sara por el gesto tan noble de difundir la cultura al obsequiar libros; que es lo que más necesitamos para vencer al analfabetismo funcional.

Termino señalando que visitamos la feria 5 días y sentimos mucha alegría y placer al ver a la gente haciendo cola para ingresar a la casa de los lbros; adultos, jóvenes, adolescentes y niños que demostraban que tenían ansias de interactuar con sus amigos fieles, los eternos libros, y nos preguntábamos: ¿Cómo dicen que la gente no leen? Y nos quedaba la duda: ¿Quién tiene la culpa que los que adquieren libros no interpreten el mensaje del autor? ¡He allí el problema!